miércoles, 24 de noviembre de 2010

COMUNICACIÓN Y MEDIOS EN TIEMPOS 2.0

   La importancia que las nuevas tecnologías han cobrado en la vida diaria de las personas ha transformado no sólo sus prácticas cotidianas sino también sus lógicas de comunicación.
Muchos se preguntarán de qué se habla cuando se habla de WEB 2.0: una única respuesta no sería apropiada si se tiene en cuenta que el nuevo universo tecnológico implica un abanico enorme de posibilidades y modos de uso.
Convergencia mediática, inmediatez, hiperconectividad, feedback, redes sociales, celular, notebook, i-phone, entre muchas otras, son algunas palabras claves que caracterizan a este maravilloso mundo dos punto cero.


  Las nuevas prácticas sociales y culturales que se desarrollan en torno a ella permiten situarnos frente a un nuevo escenario, en el que es posible el contacto y la interacción sin límites de ningún tipo.
Frente a este panorama, hacer referencia a Internet implica hablar de  la relación estrecha que mantiene con las Nuevas Tecnologías de la Comunicación, y por supuesto, a los diversos procesos socio-culturales que se generan en torno a él, y que, inevitablemente, transforman la vida de personas, sus subjetividades y el modo que tienen de  relacionarse con los demás.

  El “boom tecnológico” de la web surge  en el año 2004 luego de que la web 2.0 reemplace a la ya antigua 1.0 (primera fase del desarrollo de la red que se da con la aparición de la World Wide Web, mejor conocida como “www”), originando lo que Francisco Vacas, denominó como “periodo de bidireccionalidad”. Se abandonó la unidireccionalidad que caracterizaba a la Web 1.0, ya que en ella el usuario cumplía el papel de receptor pasivo, sin posibilidad de  participación en los contenidos, al ser las páginas webs construidas totalmente por sus dueños.


 De este modo,  el usuario pasa  de tener nula participación dentro del proceso de producción, a ser protagonista de él, estableciéndose el feedback como elemento central de comunicación. No hay una información que valga más que otra; todas tienen igual valor. Esta es una particularidad que muy pocos medios de comunicación puede brindar a los usuarios, debido a que Internet se convirtió, según Francisco Vacas, en una "caja de resonancia de múltiples voces" que redireccionaron los flujos de información y activaron el factor clave de la comunicación entre iguales.

 Nacen así comunidades de usuarios cada vez más participativas, al mismo tiempo que es posible acceder y ofrecer una amplia gama de servicios, como redes sociales o  blogs que favorecen a una mayor colaboración e intercambio entre usuarios. Las relaciones que se establecen entre las personas son igualitarias y bidireccionales: hay un intercambio constante y todos los aportes son tenidos en cuenta. Los usuarios se transforman en productores y reproductores de contenido, por lo que, como relata Vacas, se genera una “democratización” de los medios de comunicación, y esos usuarios pasan a ser denominados "webactores".
                 
 
  
  Más allá de los puntos a favor, que son muchos, Vacas también señala algunos puntos en contra que tiene esta Web 2.0, como la superabundancia, es decir el exceso de oferta, que debe ser superada y ofrecer un mayor incremento de las diferencias reales o imaginadas por los usuarios sobre la oferta existente.
  Paula Sibila, también analizando el fenómeno generado por la revolución tecnológica, indica que la comunicación pasa a estar determinada por la interactividad y la hiperconectividad, ya que es uno mismo la figura protagonista dentro del ambiente mediático, al poder compartir e intercambiar con otros vivencias o saberes propios.
  La web 2.0 ofrece un enorme (e infinito) abanico de aplicaciones, ya que permite que el individuo esté conectado en todo momento, no necesariamente disponiendo de una computadora, ya que existen otros medios a través de los cuales se puede hacer uso de este soporte, como lo son los celulares, i-phones o páginas de mensajería instantánea. Para la nueva generación, pertenecer implica la necesidad irremplazable de estar “conectados”.

  La exposición personal es otro de los puntos en cuestión: la línea que divide lo privado de lo público es cada vez más delgada (por no decir invisible) en una era en la que la comunicación se encuentra mediada por la exposición de la intimidad en la red. De ahí que Sibila se refiera a la  celebración del "yo" en la web cuando sostiene que “se está transformando la subjetividad, la forma en que nos construimos como sujetos, y en esta transformación la intimidad juega un papel muy importante”. Aquello que el usuario desea mostrar en cualquier ámbito de la red, es lo que constituye como identidad. En consecuencia, se resignifica el concepto de intimidad y se empieza a hablar de una “Extimidad”, donde lo intimo pasa a ser un espectáculo parte del dominio público.
 Otro de los conceptos claves de esta nueva web está relacionado con la convergencia.  Tanto Henry Jenkis como Roberto Igarza, estudian este concepto, pero difieren en la perspectiva que utilizan para llevar a cabo el análisis de dicho término.
 Para el primero, este fenómeno es un proceso fundamentalmente cultural, que se da internamente en cada consumidor, mientras que para el segundo, la base está en la tecnología.


  Jenkis sostiene que se produce un cambio en la mentalidad del usuario, quien interacciona con sus pares y busca nuevos modos de conexión y acceso a la información. Se transforman las lógicas de producción y recepción de contenidos y  su modo de circulación a través de diversos dispositivos.
  La convergencia es una nueva era de transición y transformación prolongada en el modo de operar los medios, al mismo tiempo que representa un cambio de perspectiva respecto de cómo se relaciona el consumidor con éstos.
 Con las palabras convergencia mediática se intenta aludir a la cantidad de contenidos que circulan a través de las diversas plataformas mediáticas.

 Igarza, además de plantear la cuestión de convergencia se interesa por otra de las características sobresalientes de esta web: la brevedad como medio de comunicación. Es a través de los microcontenidos que los usuarios tienen la posibilidad de ser concisos acerca de la información que desean publicar, y qué fin persiguen a través de esa forma de uso. Los textos cortos o “microrelatos” son un soporte utiilizado en redes sociales exitosas, como lo es el caso del twitter, cuyo límite de caracteres permitidos por publicación es de 140. El autor destaca la transformación en el consumo cultural que se da a partir de estas nuevas experiencias. Muestra como las prácticas sociales cotidianas y colectivas se han ido transformando, volviéndose cada vez más estructuradas.
 Estas nuevas herramientas que los webactores utilizan, les permiten poner en circulación y apropiarse de determinados contenidos. Pero también las empresas o grandes marcas las implementan con fines económicos y para conocer a fondo qué piensan los clientes o consumidores y cuáles son sus demandas.
 Se crean así comunidades de fans que a su vez forman comunidades virtuales, de modo que se logra ampliar la participación de la audiencia. La idea es que ésta no sólo sea consumidor pasivo, sino que tenga voz y voto en cuanto a lo que su marca se refiere.

 Esto es a lo que Ernesto Van Peborgh se refiere cuando habla de la necesidad “crear comunidad on line en torno a la marca”. No se trata sólo de vender sino también de interactuar con los clientes, que estos puedan hacer sus sugerencias y opinen libremente, se busca que éstos construyan relaciones de participación así como también es fundamental que la marca se trasforme en una identidad para la persona, un estilo de vida; y estos clientes-consumidores, luego de su participación en la web se convierten en "prosumidores"
 Van Peborgh se refiere a la incorporación de las marcas en los medios sociales, y particularmente a Internet como un nuevo escenario en el que pueden desarrollar su mercado. En relación a esto, es que el autor plantea esta nueva forma de marketing empresarial-virtual.
 Pero esta nueva lógica  no sólo  las han adoptado las marcas y empresas  sino también otras organizaciones sin fines de lucro como pueden ser las ONGs (cabe aclarar que son distintos a los fines que apuntan cada uno, de ahí que exploten de forma distinta las herramientas que les ofrece la web). Es así que la comunicación institucional incorpora herramientas disponibles en la web, las utiliza y apropia, para luego generar transformaciones importantes en ese ámbito y contribuir a un crecimiento en sus modos de comunicarse ya sea a nivel externo o interno.


  En el marco de esta libertad que gozan los usuarios para crear y redistribuir, opinar y participar, es que aparece el software libre, entendido como aquel software que respeta la libertad que los usuarios tienen acerca de un determinado producto adquirido en la web. Una vez apropiado, ese producto puede ser utilizado, modificado, copiado y redistribuído por la web sin ningún problema, es decir tiene total libertad de circulación y de uso por los webactores.
 Por último, es importante reflexionar sobre lo que nos depara el futuro con respecto las nuevas tecnologías de la comunicación. Ya se empieza a hablar de Web 3.0: "el sirviente inteligente", denominada de esta forma según palabras de Francisco Vacas. 
 Este nuevo concepto fue impulsado por Tim Berners Lee, quien la imaginó como una extensión natural de la actual Web 2.0. Así se puede ver la evolución que se produjo ya que en un principio la Web 1.0 se trataba básicamente de leer, la Web 2.0 permitió además de leer, escribir y compartirlo con los otros usuarios y finalmente la Web 3.0 emerge para darle sentido a todos esos datos que se han puesto en circulación. Su principal eje son procesos inteligentes que interpretan lo que nosotros queremos hacer.
 Asimismo, esto sigue demostrando que la tecnología nos sorprende día a día debido a la rapidez con lo que se dan los cambios y avances tecnológicos, que permiten que estemos constantemente “conectados”. Todo esto comenzó hace diecinueve años con la creación de la Web 1.0 y a  partir de allí la revolución tecnológica no dejó de crecer, y avanza a pasos agigantados.
       

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